cultivar la fe de ella. Durante esta demora, ella no pierde la confianza, al contrario, se aferra más a Jesús. Crece la fe de ella para luego dar una expresión aún más gloriosa de la misma. Además, esta historia nos enseña a nosotros un punto muy importante en cuanto a la fe y la oración, algo que comúnmente no se nos hubiera ocurrido. Oigamos lo que le dice Jesús: “Tú, como cananea, no tienes derecho de pedirme favores”. ¿Qué quiso decir? ¿Cómo lo interpretamos? Cuando a nosotros nos toca ese silencio
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